lunes, 14 de septiembre de 2015

Hipnosis, un portal al más allá.



En esencia, el hipnotismo es el dominio psicológico de una persona en la que el hipnotizador impone su voluntad sobre la libre voluntad del sujeto. Son muchas las personas que se han mostrado fascinados con la idea de controlar a otros. Líderes de lo culto, como Charles Manson, utilizaron el poder hipnótico sobre sus seguidores, exigiéndoles obediencia incondicional. Algunos expertos aseguran que el propio Hitler utilizó la hipnosis para controlar las masas en sus discursos delirantes. Un gran número de personas han cometido horribles crímenes debido a que algún tipo de entidad había poseído sus cuerpos hipnóticamente. Los practicantes de vudú en Haití convierte a sus víctimas en "zombies" como si fueran hipnotizados de forma permanente.



Hipnotizadores profesionales estiman que hay probablemente más de 100 etapas diferentes de trance hipnótico. Pero muchos de ellos coinciden en que es muy peligroso abrir puertas espirituales ocultas a través de la hipnosis. Estas “puertas” son completamente invisibles para el ojo humano, por lo que cualquier entidad que acceda a nuestra realidad tampoco podrá ser vista. Entidades demoníacas utilizan esta apertura para poseer y manipular a las personas. El llamado “apagón” puede ocurrir espontáneamente durante largos períodos de tiempo, en el que el sujeto no recuerda nada de lo que ha hecho, debido a la posesión en el trance hipnótico.



Hipnosis y posesiones demoníacas

Los expertos en el tema advierten que cuando una persona entrar en trance se convierte sin querer en un portal, corriendo un verdadero peligro para su propio ser. Aún cuando el hipnotizador tiene buenas intenciones, simplemente no tienen la capacidad de proteger a la persona hipnotizada. Una persona hipnotizada en estado profundo verá fácilmente las figuras de seres queridos, sin que se lo indique el hipnotizador.

Los peligros ocultos de hipnotismo no son simples fantasías. El Dr. Axel Johan Carl Liljencrants describió en su libro “El espiritismo y la religión”, como una mujer hipnotizada pasó del sonambulismo a una nueva personalidad, después de un corto intervalo de catalepsia. El Dr. Liljencrants también explicó la historia de una chica de catorce años llamada Wateska Wonder, que cuando estaba hipnotizada desarrolló la personalidad de una niña que había muerto doce años antes. La nueva personalidad mostró impresionantes detalles de su anterior vida. Después de cinco meses, la personalidad de Wateska regresó de nuevo. Al parecer, alguna inteligencia invasora accedió a la joven de catorce años mientras estaba en trance.



Cuando ocurre una posesión en la hipnosis el sujeto ya no es capaz de distinguir entre su personalidad y la del espíritu o entidad demoníaca. Pero llegados a este punto, también hay que destacar que este tipo de percepciones psíquicas paranormales no son inmunes al autoengaño. El estado de trance mediúmnico es similar al estado hipnótico, un estado de la mente fácilmente susceptibles al engaño. El médium o psíquico auto hipnotizado, o como objeto de un espíritu hipnotizador, es extraordinariamente sensible a las impresiones y manipulaciones externas.

Y no podemos acabar sin detallar las experiencias de todos aquellos que fueron víctimas de la posesión por parte de un espíritu o de una entidad demoníaca durante una sesión de hipnosis. Estas víctimas aseguraron sentir ardores por todo el cuerpo, calambres, espasmos, cambios de humor, ansiedad, depresión, ira, miedo, confusión mental, e incluso en algunos casos tuvieron visiones de su futuro. También cabe decir que en la gran mayoría de casos, los espíritus abandonaron el cuerpo de sus víctimas antes de regresar del estado de trance hipnótico, pero en otros la entidad permaneció dentro de ella.


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