lunes, 22 de junio de 2015

Liu Ji, el Nostradamus chino.



En 1311 nació el que fue uno de los más importantes generales chinos, Liu Ji, quién llego a dirigir a todo el ejército chino de Tierra y Mar, también era asesor del emperador Ming Zhu Yuanzhang, fundador de la mítica dinastía Ming.

Se da la circunstancia de que el emperador Ming, no nació en el seno de la nobleza china o en una cuna de importantes personajes, Ming era hijo de un pobre campesino que levanto contra la dictadura mongol y fue adquiriendo fuerzas militares hasta derrotar la férrea dictadura mongol y hacerse con el control de gran parte do Oriente, fue algo así como “Espartaco” salvando las distancias y con un final distinto al del esclavo romano.

Pero centrémonos en la figura de Liu Ju, su gran general, un tipo muy peculiar y que dejo una rica literatura que iba desde la correcta utilización de la pólvora en el campo de batalla, hasta importantes tratados de geomancia, magnetismo, feng-shui y muchos temas que abordaban cuestiones sobrenaturales.

Pero entre todas sus obras, nos centraremos en un misterioso documento llamado el Shaobing ge, que contenía una colección de profecías y acontecimientos futuros lleno de arcanos, abstracciones y alusiones.

En el Shaobing ge Liu es extremadamente preciso a la hora de relatar eventos futuros como por ejemplo la llegada de Sun Yat Sen, fundador de la república china en 1911 y nos recuerda en su formato a las profecías de Nostradamus.



Tan impresionante es su obra, vida y profecías que la televisión de Taiwán efectuó una serie dedicada a Liu Ji con 404 episodios que salían al aire cinco días a la semana entre los años 2006 y 2008, en dicha serie se especificaba como la capacidad profética de Liu, le hacía “inderrotable” por el enemigo, ya que con anterioridad Liu, percibía los movimientos que el opresor imperio Yuan con su gran ejercito emprendía contra su amigo y futuro emperador Ming Zhu Yuanzhang.

Solo de esa manera se explica como un puñado (literalmente hablando) de pobres campesinos dirigidos por Ming Zhu Yuanzhang derrotase a uno de los más grandes ejércitos que la historia de oriente ha conocido.

Los mensajes proféticos que dejaba Liu Ji, eran una especie de rompecabezas montado en un mosaico difícil de comprender y solo perceptible hasta que el evento se sucedía, al igual que su homologo europeo Nostradamus.

Había que situarlos en un orden correcto que se generaba por una clave hasta hoy desconocida.

¿Se descubrirá la clave?… quizás sea la misma que utilizó Nostradamus para impedir que el conocimiento de los eventos futuros llegase en el momento menos propicio.


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