jueves, 16 de abril de 2015

El extraño caso del fantasma de Katie King.


El espíritu de Katie King transfigurándose frente a los espiritistas.

El caso conocido como el fantasma de Katie King, debe ser uno de los casos de fenómenos paranormales más extraños y a la vez más intrigantes de la parasicología. No sólo porque trata sobre un tema polémico como es el mundo de los médiums y su habilidad de contactar con los muertos, sino porque este caso en particular tuvo dos elementos irrepetibles hasta la fecha: Primero, que la médium no sólo contactaba con los espíritus sino que estos, gracias a su canalización, se materializaban con todas las propiedades de un ser humano real, y segundo, porque el caso fue estudiado e investigado por uno de los científicos más respectados de ese entonces, nada menos que por Sir William Crookes, químico inglés, ganador del Premio Nobel de Química en 1907.



LOS FANTASMAS DE FLORENCE COOK

Esta historia comienza con una niña de 15 años llamada Florence Cook, quien aseguraba era capaz no sólo de canalizar a los espíritus, sino, de materializarlos, es decir, casi traerlos nuevamente a la vida, en presencia, como si fuera una persona de carne y hueso. Tal era la fama de esta espiritista británica, que llamó de inmediato la atención no sólo de los curiosos que querían ver sus proezas con seres del más allá, sino y sobre todo, de respetados científicos que veían con sospechas estas hazañas y consideraban la labor de Cook como un mero fraude.

Muchos hombres de ciencia se interesaron por este fenómeno con la única intención de descubrir el engaño que habría detrás de todo esto. Es aquí cuando aparece en escena William Crookes, quien en ese entonces ya era un eminente miembro de la comunidad científica británica. Fue así que, a pedido de la propia Katie King, que quería demostrar a los científicos que lo suyo no era un caso más de fraude, Crookes decide iniciar una investigación sobre los supuestos poderes sobrenaturales de la joven, especialmente, sobre su habilidad de traer a la “vida” a un espíritu en particular, el de Katie King.



LA FANTASMA DE KATIE KING

En 1871, el científico asume la investigación del caso de Cook y del espíritu que la acompañaba, Katie King, en un principio, Crookes comenzó a asistir a las diversas sesiones que realizaba la espiritista y pudo confirmar aquello que se decía: que la espiritista era capaz de alguna manera, de desdoblarse o de materializar otro cuerpo, el cuerpo de una mujer, en medio de las sesiones.

En un principio, este supuesto fantasma se mostraba por partes, a veces, mostraba solo la cabeza, a veces solo un brazo, pero con el paso del tiempo y con el correr de las sesiones, aquel ente, espíritu o ser, comenzó a mostrarse de manera completa. Crookes no podía creer lo que veía, aquello era evidentemente una mujer, con todas las propiedades de un ser humano cualquiera, que aparecía de la nada.

Esto es lo que dice William Crookes en una de las sesiones que tuvo con Florence Cook y el espíritu Katie King.

“Me ocuparé ahora de la sesión celebrada ayer por la noche en Hackney. Nunca se apareció Katie con tal perfección; por espacio de casi dos horas se paseó por la habitación y departió con los allí presentes. Mientras paseaba me cogió varias veces por el brazo. La impresión que sentí –de que era una mujer viva la que se encontraba a mi lado y no un visitante de otro mundo– fue tan fuerte, que no puede resistir la tentación de repetir una reciente y curiosa experiencia.”

Pero lo que impactó a Crookes no solo era la presencia ya sumamente definida de un espíritu que podía caminar por la habitación y hasta conversar con los presentes. Sino que, como hemos dicho, poseía todas las propiedades de un cuerpo humano, como peso y masa.

“Convencido de que si no era un espíritu lo que tenía a mi lado, mi acompañante tendría que ser una mujer, le pedí permiso para cogerla en brazos, pues, de este modo, esperaba comprobar las interesantes observaciones que un osado experimentador había hecho públicas poco antes de manera un tanto prolija. Me fue otorgado el permiso, e hice uso de él del modo más conveniente, igual que cualquier hombre bien educado se conduciría en semejantes circunstancias. A mister Volckman le encantará la noticia de que puedo corroborar su tesis de que el fantasma (que, por otra parte, no opuso ninguna resistencia) es un ser tan material como la misma Florence Cook”.

Los análisis fueron más allá, pues Crookes como todo buen científico, no sólo se conformó con tomar del brazo al supuesto ente, sino que le tomó el pulso, sus palpitaciones, y todo aquello correspondía a un ser humano. ¿Pero cómo era posible? ¿Acaso un hombre de ciencia no se daría cuenta que tiene en frente a un ser humano y no a un fantasma? ¿Cómo pudo hacerse el engaño?

Al parecer, con el paso de los meses y con las evidencias, Crookes se convencía de que no había posibilidad de fraude o de truco alguno. Las habitaciones en donde se realizaban las sesiones y en donde sucedían las apariciones de Katie King, eran controladas por el propio Crookes, quien se encargaba por ejemplo de revisar cada rincón, cada lugar donde una persona podría estar escondida para fabricar el engaño. Es más, muchas de estas sesiones se realizaron en la propia casa de Crookes, con lo que tenía un control absoluto sobre el espacio y el ambiente.



También rechazó la idea escéptica que muchos tenían en ese tiempo, que Florence Cookes y Katie King, eran la misma persona, es decir, que de alguna forma la espiritista lograba un engaño de ilusión y se “vestía” de fantasma para engañar a los investigadores, pero esto se descartó cuando en más de una oportunidad, cuando ambos personajes, médium y espíritu se mostraban juntos en una misma habitación. La figura de Katie King, simplemente aparecía, en el momento en que Florence Cook, entraba en trance.

Así narra Crookes un momento en que quiso comprobar que se trataba de la misma persona.

“Al levantar la lámpara, miré alrededor y vi a Katie en pie, justo detrás de miss Cook. Lucía los mismos ropajes blancos y ondulantes con los que todos la habíamos visto vestida desde el comienzo de la sesión. Cogí una de las manos de miss Cook con la mía libre y, una vez más de rodillas, moví la lámpara de abajo arriba, tanto para iluminar la figura de Katie como para convencerme de a quién veía, de que era ella la misma Katie a la que minutos antes había estrechado, y no el engendro de una mente enfermiza. No dijo nada, se limitó a mover la cabeza en señal de reconocimiento. Tres veces diferentes examiné con atención a miss Cook, que seguía acurrucada delante de mí, para asegurarme de que la mano que estrechaba era la de una mujer viva, y tres veces, asimismo, enfoqué con la lámpara a Katie para observarla con sostenida atención hasta que no me cupiera la menor duda de que estaba delante de mí. Por fin, miss Cook hizo un ligero movimiento, y en el mismo instante Katie me hizo señas de que me fuera. Me retiré entonces a un rincón del camarín y dejé de ver a Katie, pero no abandoné la estancia hasta que miss Cook despertó y entraron dos de los asistentes con luz."

Era tan clara y corpórea la imagen de Katie King, que Crookes pudo describirla en sus informes, además de confirmar que Katie y Florence, no eran la misma persona.

“La estatura de Katie es variable. En mi casa la he visto quince centímetros más alta que miss Cook. Ayer por la noche, descalza y sin estar de puntillas, medía once centímetros más que miss Cook. También ayer por la noche, Katie tenía descubierto el cuello. La piel del mismo era suave al tacto y a la vista, mientras que miss Cook tiene en el cuello una cicatriz que, en parecidas circunstancias, es, además, de muy visible, áspera al tacto. Las orejas de Katie no están perforadas, en tanto que miss Cook suele llevar pendientes. La tez de Katie es muy blanca; la de miss. Cook en cambio es muy morena. Los dedos de Katie son mucho más largos que los de miss Cook y su rostro más despejado que el de la médium... El pelo de Katie es rubio; el de miss Cook es de color castaño, pero casi parece negro...”.



LAS FOTOGRAFÍAS DE ESTAS APARICIONES

Pero esta fascinante, extraña y compleja historia no termina allí. Pues como todo buen científico, William Crookes, quería dejar constancia de lo que veía. Y una vez más, siempre respetuoso, pidiendo el permiso correspondiente al ente que se presentaba, le preguntó si podía tomarle algunas fotografías. La respuesta fue afirmativa, y Crookes, logró tomar 44 fotografías de esta supuesta aparición.

(de Izq. a der) Florence Cook y la supuesta aparición, Katie King. El parecido es tan grande entre ambas, que muchos especularon que podía tratarse de la misma persona.

William Crookes estudió este fenómeno por tres años, desde 1871 a 1874, y hasta el final de sus días negó las posibilidades de fraude, que aquello, sea lo que fuera, de alguna manera, lograba materializarse de la nada o del cuerpo de Florence Cook, y hacerse presente de manera corpórea. Fue tanta la fascinación que tuvo Crookes con el fantasma de Katie King, que muchos aseguran que incluso llegó a enamorarse de aquella aparición, sobre todo, por este verso que Crookes escribió sobre Katie King:

"Dejaba en pos de sí un hálito de vida.
Sus ojos eran bellos, y su dulce mirar
hacía más brillante cuanto la rodeaba.
En ellos palpitaba el inefable encanto
del cielo que esperamos.
Eran tan subyugantes
que nadie hubiera dicho idólatra
al que a sus pies besara."

Debido a esto muchos aseguran que si Crookes comprobó algún tipo de fraude, y habría conocido la identidad de la supuesta fantasma, habría callado debido al enamoramiento que sentía. Sin embargo, estas no son más que meras especulaciones para explicar lo que parece ser inexplicable.


LA ÚLTIMA SESIÓN CON KATIE KING

La última sesión de Katie King ocurrió el 21 de mayo de 1876. Fue la propia Katie King quien había anunciado que no podía estar con su médium para siempre. En su última aparición la bella fantasma recibió un ramo de lirios por parte de Crookes. Luego escribió unas letras de despedida a sus amigos y firmó bajo el nombre de Annie Owen Morgan, que según dijo, era su verdadero nombre durante su vida terrenal. Antes de su partida además, dejó como recuerdo, mechones de su cabello y retazos de su blanco vestido, vestido que luego de ser cortado, según los testigos, no tenía ningún agujero que evidenciara esos cortes.

Como hemos dicho Crookes siempre defendió la autenticidad del caso, dijo una vez: “No digo que esto sea posible, afirmo que existe”.

Otro de los testigos de la aparición de Katie King, llamado Edward Dawson Rogers, dijo en una declaración firmada lo siguiente:

“Lo que he presencia más de una vez en las rigurosas condiciones de experimentación impuestas por el profesor Crookes, ilustre químico y miembro de la Royal Society de Gran Bretaña; en tales condiciones hubiera resultado imposible cometer algún fraude. La aparición se paseó entre los investigadores sentados delante del camarín, conversó con ellos, se dejó tocar. En cierta ocasión, el profesor entró en el camarín y corrió la cortina que impedía a los asistentes ver a la médium; entonces vimos al mismo tiempo a la médium y a la aparición materializada”.


Katie King junto a William Crookes.



¿FRAUDE O CASO REAL?

Lo cierto es que a la fecha, el caso de Florence Cook y la fantasma Katie King, aún continúa siendo uno de los casos más polémicos de la parapsicología. Sin embargo, hay datos que ocurrieron luego de la experiencia de Crookes que podrían dar pie a pensar que todo esto no era más que un fraude. En 1880, una mujer llamada Mistress Cormer, una médium, fue detenida por haber cometido fraudes durante sus sesiones. Esta mujer no era otra que Florence Cook. Algunos señalan que esta evidencia, echa por tierra lo que esta mujer hizo en su pasado y por ende, el caso de Katie King, también habría sido un fraude, otros sin embargo, quizá por la importancia del nombre de William Crookes, sostienen que un hecho no puede descalificar al otro.

Sin lugar a dudas, una de esas historias extrañas, intrigantes e imposibles, que tiene esos toques de misterio que a nosotros nos gusta tanto.


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